jueves, 30 de junio de 2011

Administración incaica


Administración incaica

    
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Los Incas dispusieron de una eficiente estructura administrativa que les permitió atender las necesidades de los diferentes pueblos y regiones del Imperio, así como también mantener la unidad de todo el Tawantinsuyu.

BASE DECIMAL
En el Tawantinsuyu se desarrolló un sistema de organización de las familias llamada decimal, esta organización que la aplicaron preferentemente en el empadronamiento de los miembros del Ayllu, tuvo por base el sistema decimal, la siguiente clasificación:
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- El Purej o jefe de una familia
- El Pisca Camayoc, jefe de cinco familias
- El Chunca Camayoc, jefe de diez familias
- El Pisca Chunca Camayoc, jefe de cincuenta familias
- El Pachaca Camayoc, jefe de cien familias
- El Pisca Pachaca Camayoc, jefe de quinientas familias
- El Huaranga Camayoc, jefe de mil familias
- El Pisca Huaranca Camayoc, jefe de cinco mil familias
- El Huno Camayoc, jefe de diez mil familias
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Conviene indicar que los jefes, desde el Purej hasta el Pachaca Camayoc salen elegidos dentro de los miembros de la comunidad y su duración en el cargo es de solamente un año. En cambio desde el Huaranga Camayoc hacia arriba, estos funcionarios son nombrados directamente por el Inca por varios años. Este es, pues, un doble sistema de nombramiento: democrático en las clases populares y monárquico en los cargos y clases superiores.
Como podemos apreciar en este cuadro, se trata de una rígida administración de las familias con fines políticos y económicos. Cada uno de los jefes se constituía en autoridad por lo que recibía del Sapainca beneficios en productos y personas.
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BUROCRACIA ADMINISTRATIVA
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A medida que el imperio se extendía por los Andes, la necesidad de mandos intermedios se volvía cada vez más urgente, ampliándose de ese modo el aparato de gobierno para controlar y administrar los territorios incorporados. Está situación generó la centralización del poder en el Cuzco, con una clase dirigente cada vez más especializada, pero a la vez más exigente en la medida que al incrementarse el aparato estattal un grueso número de personas se apartaba de las actividades productivas. Al mismo tiempo, lo niveles intermedios que surgían no sólo debían ser eficientes, sino también probar su lealtad al Inca. Por tal razón, los cargos más estratégicos o de confianza se distribuían entre los miembros de las Panacas, aún cuando esta precaución no garantizaba la lealtad, habida cuenta de que estos linajes eran verdaderos facciones políticas.Estos niveles intermedios o administradores, tenían la misión de administrar los bienes del imperio, controlar los recursos, organizar la fuerza laboral, supervisar los trabajos del estado en la construcción de caminos, puentes, tampus y centros regionales. Estos administradores recibieron nombres distintos según sus tareas: el Inca Rantin o Capacpa Randicac era el visitador de los suyus; el Runay Pachacac era el encargado de los censos de población; el Apu Panaca o Guarni Cococ era el comisionado para seleccionar los jóvenes que irían al Aclla Huasi; figuraban igualmente los que hacían justicia, los que se dedicaban a llevar registro de lo que se guardaba en los depósitos o Collcas del Estado; el Ttocricuks un oficial era el que se responsabilizaba del mantenimiento del camino real y los tampus por intermedio de un grupo de asistentes a su cargo; los Sayua Checta Suyoyoc eran los que amojonaban las tierras del Inca en los territorios conquistados; el Tocri Camayoc supervisaba a los artesanos que cumplían labores para el Inca.

Capac ñan tocricuc, oficial real
La mayoría de los miembros de la burocracia estatal provenía de las más altas jerarquías, es decir, de la élite cusqueña. Los cargos más importantes y mejor documentados fueron:

  • El tocricuc, encargado del gobierno de una región.
  • El michic, ayudante del gobernador.
  • El tucuyricuc, inspector que viajaba por el Tahuantinsuyo. Además de recoger información, tenía facultades para resolver problemas surgidos en las visitas.
  • El quipucamayoc, experto en el manejo de los quipus y las cuentas estatales.
  • El capac ñan tocricuc, dedicado al planeamiento, construcción y mantenimiento de los caminos principales.
  • El collcacamayoc, administrador de los depósitos.


Los ayllus eran el centro de la administración inca.
Bajo el imperio inca, el ayllu (o barrio) llegó a convertirse en la base político-administrativa del estado, y en célula del imperio. La división política se establecía de la siguiente manera: diez ayllus formaban una marka, cuyo jefe era un cacique; diez marcas formaban una pachaka, a la cabeza de la cual estaba un chunka-kamayoc; diez pachakas formaban una waramka, cuyo jefe era un waranka-kamayoc; diez warankas formaban un juno, que era dirigida por un juno-kamayoc; diez junos formaban un suyo, cuya cabeza era un jatun-kamayoc, miembro de la casta aristocrática. Cuatro suyos constituían la totalidad del imperio.

Los ayllus estaban obligados a aportar al estado guerreros y yanaconas. De esto se deduce que los incas habían creado una centralización política y administrativa muy eficiente. La ciudad capital, Cuzco, sede habitual del gobierno, asombró a los españoles por su buen trazado y la abundancia de jardines, templos y palacios.

La agricultura era la base fundamental de subsistencia. El poder central, poderoso como era, fue capaz de encauzar el enorme trabajo tributario hacia el desarrollo de canales, terrazas y acueductos, multiplicados incesantemente. Las cosechas de maíz, papas y otros artículos alimenticios se incrementaron por el uso de abonos -excrementos humanos y de animales- y el aporte de la taclla, especie de arado que se manejaba con el pie.

Las tierras del ayllu estaban divididas en tres partes: las del Inca, las del Sol o la iglesia, y las de la comunidad. Esta última se dividía entre las familias de acuerdo a sus necesidades. Cada hombre recibía una parcela o tupu, y media la mujer. No había propiedad privada. Los campesinos debían laborar primero en las tierras del Inca y de los dioses, cuyas cosechas se almacenaban en bodegas gubernamentales, destinadas a alimentar soldados, burócratas y artesanos.

Antes de los incas existían la propiedad comunal y la propiedad privada. Con la dominación incaica, las tierras continuaron perteneciendo a los ayllus, expresión principal de la propiedad, pero los incas se arrogaron una especie de derecho nominal de propiedad sobre todas ellas.

El desarrollo técnico en la agricultura es evidente en la utilización de las faldas de los cerros, donde construyeron terracerías conocidas como andenes.

La población estaba dividida en 12 grupos, de acuerdo a sus edades, con sus derechos y obligaciones perfectamente establecidos. Un sistema de tal naturaleza obligaba a mantener una serie de censos totalmente al día: población, número de familias, jefes de familias, tierras agrícolas, ganado. Dicha labor estaba correspondía al quipu-kamayoc, quien disponía sólo del quipu para llevar tales contabilidades.

El quipu estaba formado por cuerdas de lanas en diferentes colores y espesores. Nudos de colores y gruesos variables representaban números ordenados de acuerdo al sistema decimal. También se les utilizaba para rememorar acontecimientos, lo que podría encerrar un medio de escritura aún desconocido. Los datos del quipu-kamayoc determinaban, prácticamente, todas las decisiones imperiales.





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